24 de octubre de 2008

Christopher Paolini y El Legado en Seattle Pi

Difícil de creer es que han pasado 10 años desde que un adolescente educado en casa llamado Christopher Paolini escribió las primeras líneas de "Eragon", la saga de fantasía que lo ha convertido en una celebridad internacional.

El joven autor es completamente excepcional y al momento de realizar la entrevista para Seattle Pi proyectaba una cómica sensibilidad.

"Tengo que leerles mi cita favorita del libro" - Comentó el autor al momento de llegar al evento de presentación el libro en el Town Hall de Seattle a comienzos de mes, mientras sostenía una copia de "Brisingr" en una mano. Repentinamente, entonó de manera melodramática: "¡Muere, débil humano!"

"¿Cuál es el punto de escribir fantasía si no puedes escribir líneas cómo '¡Muere, débil humano'?" - Alardeó Paolini sobre los vítores de la audiencia.

"Es sólo en el último libro en donde siento que he logrado una certera madurez" -Comentó Paolini a Cecelia Goodnow de Seattle Pi. "Por lo tanto, mucho ha cambiado desde el primer libro".

"Me recuerdo sentando en la parte trasera de nuestra furgoneta vendiendo libros a extraños que pasaban, -durante una tormenta de nieve- vestido con ropas medievales".




© Paul Joseph Brown - Seattle Post-Intelligencer.


El fanático de la saga Lincoln Riley y sus hermanos, viajaron 5 horas y media desde Dayton, al norte de Walla Walla, para reunirse con el autor a comienzos de este mes en el Town Hall de Seattle.

Con un brillo de satisfacción, Riley abrazó su nueva copia de "Brisingr" y dijo: "Intentaré leerlo toda la noche".

"Y no lo lograrás"- Respondió su madre con una sonrisa.

Riley, murmuró en voz baja: "Eso es lo que ella cree".

La audiencia incluía muchas familias con niños educados en casa, que veían a Paolini como un ícono de la educación no tradicional.

"Me inspiré por él" -Declaró Thomas Geffner, un fan de 12 años de edad de Bothell que está escribiendo su propia historia de fantasía.

Viene de un remoto rincón de Montana, donde las Montañas Beartooth alcanzan el cielo y serpentean infinitamente. Aunque el complejo cinematográfico más cercano le queda a 50 millas (80,4672 kilómetros), Paolini, prefiere ver videos con su familia después de la cena.

En su tiempo libre -que por supuesto, es poco- escala y fabrica sus propios implementos.

"Disfruto haciendo cosas" - Comenta. "De vez en cuando fabrico mis propios cuchillos y dagas. Hago un montón de carpintería"

De 1986 a 1990, vivió con sus padres y su pequeña hermana, Angela, en una pequeña casa de madera llena de agujeros.

"No era porque queríamos. Recuerdo que teníamos que usar goma de mascar para tapar las aperturas".

Pero ese estilo de vida ya ha quedado atrás. Hace tres años, gracias al éxito de Paolini la familia se cambió a una nueva y más remota casa en Paradise Valley, a pocas millas de la casa en la que Paolini pasó los últimos años de su infancia.

Christopher ocupa una ala privada por encima del garaje y se declara muy cercano a su familia.

"Estoy donde estoy por su apoyo. No habría terminado el tercer libro si mamá no me hubiese traído chocolate caliente, diciendo: "Puedes hacerlo".

"Estuve obsesionado con cada una de las palabras. Llegue al punto en que tenía problemas finalizando una simple página en un día".

En desesperación, escribió el final del tercer libro con tinta en trozos de pergamino y con una caligrafía "muy, muy pequeña", llegando a escribir más de 2.000 palabras en una única página.

Cuando el "Ciclo El Legado" se termine, Paolini planea "un agradable break" antes de sumergirse en otros proyectos. Misterio, horror, romance... todo es posible.

Por ahora, el autor se alegra de que la fantasía haya transformado su vida.

"Tenemos una gran sensación de seguridad que nunca antes habíamos tenido. Y esto es por lo que estoy más agradecido. Ha sido un viaje alucinante, desde el comienzo hasta el final".

Fuente: SeattlePi.

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