En 1998 en las remotas Montañas Beartooth en Montana, Estados Unidos, un adolescente de 15 años -que nunca había asistido a la escuela - trabajaba en su obra.
Era un epopeya de 900 páginas llena de dragones, viajes, elfos, enanos y magia llamada "Eragon", que sus padres habían prometido auto-publicar.
Tres años más tarde, Christopher Paolini, su hermana Angela y sus padres Kenneth y Talita, cruzaron la carretera, usaron los ahorros de su vida, y comenzaron un tour promocional.
"Hablaría cada una de las personas que estuvieran en la puerta de la librería por alrededor de ocho o nueve horas seguidas y no dejaría la mesa hasta que hubiese completado el tiempo. Intentaría vender a cada una de esas personas un libro" -Recuerda Paolini.
"Una de las razones por las que trabajaba tan intensamente en eso, fue porque mi familia había puesto sus finanzas personales para lograr traer el libro desde la tierra. Mis padres no trabajaban en nada más por esos días, de modo que los libros vendidos significaban comida en la mesa. Recuerdo haber vendido a libro a un hombre que nunca había leído inglés"
En un buen día, Paolini persuadía de 30 a 40 clientes que dejaba con una copia de Eragon, pero no era suficiente para pagar el costo del viaje ni el de la impresión que habían surgido de las finanzas personales de la familia.
Las visitas a escuelas eran un poco más satisfactorias. Con tres o cuatro charlas al día en escuelas primarias y secundarias, Paolini podía vender más de 300 copias diarias.
La casa de la familia se había convertido en un almacén de libros y entre los cuatro miembros de la familia preparaban los inventarios, los pedidos y los envíos.
"Era demasiado trabajo para dos adolescentes y dos adultos" - Comenta Paolini.
Hasta que el hijo del autor Carl Hiaasen consiguió Eragon durante una vista a Montana.
Hiaasen recomendó el libro a su editorial, Random House, y pronto hubo una oferta en la mesa de Paolini.
Era una oferta que propulsaría a Paolini hasta la liga ocupada por autores tan reconocidos como J. K. Rowling (Harry Potter).
Paolini compara con el de Eragon, su viaje de adolescente escritorzuelo a uno de los autores más vendidos a nivel internacional.
"Fue mi propia búsqueda épica. Así es como lo sentía en aquel entonces. Es una gran historia después de todo, pero cuando lo has vivido y lo sientes, puede ser completamente espantoso, pues no tienes la garantía de que resultará adecuadamente, de modo que agradezco cada uno de los días que sirvieron para que esto se convirtiera en lo que es".
Puede estar agradecido, pero Paolini se dio a si mismo toda la suerte de su éxito, demostrando una increíble dedicación a su trabajo.
Para entender mejor los cambios de uno de sus personajes y para entrar en un ambiente medieval, el autor escribió un tercio de Eragon en pergamino con una pluma.
También inventó idiomas para que sus personajes pudieran comunicarse en sus propias lenguas.
"A veces un fanático viene y dice una palabra de uno de esos lenguajes y me toma un momento o dos recordar que lo que está diciendo. -Admite el autor- Pues paso todo mi tiempo pensando y escribiendo sobre esas cosas, no hablando aquellas palabras".
Tal es la extensión de las novelas, que incluso con páginas de notas, líneas de tiempo, e historias de los personajes, Paolini ocasionalmente tiene que comprobar el desarrollo del argumento.
"En algún tiempo más tendré que recurrir al director del sitio de fans más grande de Estados Unidos y preguntarles si olvidé algo de uno de los primeros libros. [Mike] Tiene una gran mente para esto tipo de cosas y es de verdad un chico agradable, y un gran fan, obviamente, siempre disfruto hablando con él"
Paolini es un hombre educado y muy bien hablado que tiene cuidado de no involucrarse en controversias.
Muchas han sido creadas en websites cristianos, que alegan sobre los largos pasajes dentro de Eldest en los que Oromis le cuenta a Eragon de la tendencia de su raza al agnosticismo.
"Muy cierto. Pero pregúntate esto, Eragon: si existen los dioses ¿han sido buenos custodios de Alagaësia? La muerte, la enfermedad, la pobreza, la tiranía y otras desgracias incontables asolan la tierra. Si ésta es la obra de seres divinos, entonces hay que rebelarse contra ellos y destronarlos, en vez de rendirles obediencia, homenajes y reverencias".
"¿Cómo se atreve Christopher Paolini a incrementar el ateísmo en un libro para niños?" - Pregunta un indignado blogger cristiano.
Tal vez precavido de la experiencia de los escritores de su tipo de fantasía como Philip Pullman (La Materia Oscura) y J. K. Rowling (cuyos libros intentaron ser boicoteados por grupos cristianos). Paolini declara:
"No discuto mis propias creencias en público, pero he de decir que las creencias que les he dado a mis personajes no representan necesariamente las mías. Intento crear un sistema interesante de creencias para todas las razas y criaturas pertenecientes al mundo de Eragon. Pero no voy a decir si reflejan o no mis propios puntos de vista. No debería importar. La historia debería hablar por si misma para el lector. No estoy intentando predicar a los lectores de una u otra manera.
No veo de que manera sea relevante. La historia que estoy contando transcurre en un mundo imaginario, con criaturas imaginarias que poseen religiones imaginarias. De ninguna manera estoy tratando de compararlo con nuestro mundo por el hecho de que los personajes tengan emociones que además podamos identificarnos".
Paolini trata con igual prudencia las preguntas sobre la adaptación cinematográfica de Eragon en 2006, cuyas críticas de reflejaron en la pobre recaudación de la taquilla.
"Estoy feliz de que la película se hiciera. Sin duda atrajo muchos nuevos lectores a la serie con la que estoy completamente satisfecho, pero en última instancia la película representa la visión de la historia del cineasta y los libros representan mi propia visión de la historia, y la gente puede buscar ambos y decidir cuál les gusta más.
Creo que intentaron hacer lo mejor que pudieron bajo las circunstancias, pero la forma en que ideé la historia es la que está en los libros y voy a dejarlo en eso".
Su madre, una profesora, educó a sus hijos en el hogar desde el día en que nacieron, leyéndoles en voz alta historias de Charles Dickens y Jane Austen.
"Por ese entonces éramos lo suficientemente mayores para ser matriculados en primer grado y ya estábamos varios grados sobre lo que el que normalmente deberíamos hacer estado de acuerdo a nuestra edad"
"Estoy muy agradecido de que mis padres no me enviaran a la escuela, aunque estoy seguro de que es completamente posible obtener excelente educación en una escuela pública, pero el haber sido educado en casa me permitió seguir mis propios intereses y en última instancia graduarme antes de la secundaria me permitió escribir Eragon"
Paolini no se molesta pensando en los amigos que podría haber hecho, en los lugares a los que podría haber ido, ni los equipos a los que podría haber pertenecido.
"No puedes extrañar lo que nunca has tenido o experimentado, de verdad. Tuvimos amigos mientras crecíamos, otros adolescentes educados en casa con los que tuvimos contacto, de modo que no estuvimos aislados y siempre he estado feliz de poder ocuparme en mis propios proyectos y perseguir mis propias metas, de modo que nunca me molestó.
Y creo que una de las otras ventajas de ser educado en casa es que no pasas por la experiencia de ser ridiculizado ni que te hagan bromas pesadas. Nunca aprendes a tener miedo de perseguir tus propios intereses".
El cambio de trilogía a tetralogía de su serie, no es algo que haya producido quejas por parte de Random House.
"No pensé en si estarían disgustados, pongámoslo de ese modo" - Comenta sonriendo- "Fue un gran cambio en el pensamiento de todos tener cuatro libros en lugar de tres, pero todos estuvieron muy complacidos con la decisión".
Paolini aún no sabe cuando el cuarto libro -aún sin título- estará listo.
"Tan pronto como pueda. Me temo que no puedo estar más seguro de eso. He comenzado el cuarto libro y regresaré a el tan pronto como termine el tour del libro"
"Por cada libro me compro un pequeño regalo, y por Brisingr, me compré una daga de acero de damasco hecha a mano en New York. Colecciono dagas y espadas. Ese fue mi pequeño placer.
"Mi estilo de vida ha cambiado en cierto sentido. Obviamente ahora estoy de viaje yendo alrededor del mundo y paso más tiempo escribiendo de lo que pasaba antes, pero la mayor parte de nuestras vidas aún es bastante tranquila en la casa. Cuando vuelva a casa tendré que escribir, lavar los platos, aspirar la alfombra y barrer el piso".
Fuente: Couriermail.
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